viernes, 28 de septiembre de 2007

SERPIENTE EMPLUMADA

Serpiente emplumada fascinaba tanto a aztecas como a egipcios
Lunes 24 de September, 2007 5:20 GMT
Por Robin Emmott
MONTERREY, México (Reuters) - Pese a vivir a siglos y miles de kilómetros de distancia, los mexicanos y egipcios de antaño tenían a la serpiente emplumada como uno de sus dioses, construyeron pirámides e idearon un calendario de 365 días, según una nueva exhibición.
Catalogada como la exhibición arqueológica temporal más grande del mundo, la muestra reúne tesoros del antiguo Egipto y de las civilizaciones indígenas de México.
La exhibición, que incluye una escultura de 5 toneladas del faraón Ramses II y grabados en piedra de la pirámide mexicana de Chichen Itzá, busca demostrar las similitudes entre estas dos complejas civilizaciones conquistadas por europeos en invasiones separadas por 1,500 años.
"Hay un gran paralelismo cultural entre el antiguo Egipto y México en religión, astronomía, arquitectura y las artes. Merecía juntarlas para apreciarlas, " dijo Gina Ulloa, organizadora de la exhibición y que pasó casi tres años preparando la muestra de 3,300 metros cuadrados.
La exhibición, que fue inagurada el fin de semana en la norteña ciudad de Monterrey, muestra cómo las antiguas civilizaciones mexicanas adoraron al dios Quetzalcóatl -representado con una serpiente emplumada- desde el año 1200 a.c. hasta 1521, cuando los aztecas fueron conquistados por los españoles.
Del 3000 a.c. en adelante, los egipcios a menudo representaban a sus dioses, incluyendo a la diosa Isis, como serpientes con alas o plumas.
"La serpiente emplumada y la serpiente con un dios señala la dualidad de la vida humana, a la vez comunicando el agua y la tierra, la serpiente, y las esferas celestes, las plumas de un ave," dijo Ulloa.
Esculturas egipcias en la exhibición -que volaron a México desde antiguos templos a lo largo de Nilo y museos de El Cairo, Lúxor y Alejandría- muestran como Horus -el hijo de Isis- era representado con brazos alados y en compañía de serpientes.
Cleopatra, la última reina egipcia antes de la conquista romana a Egipto en el 30 a.c., se veía a si misma como Isis y usaba una serpiente de oro en su tocado, agregó Ulloa.
SIMILITUDES EXTRAORDINARIAS
A nivel de las artes, las esculturas de los Olmecas -la primera civilización de México- han hecho eco de las egipcias. Los olmecas tallaron guerreros jaguar similares a las esfinges egipcias que muestran leones con cabezas de dioses o reyes.
La estatua de un escribano egipcio sentado, tallada entre el 2465 y el 2323 a.c. muestra un trabajo en piedra y atención a los detalles similares a la escultura de un olmeca sentado.
No existe evidencia de contacto entre olmecas y egipcios.
Los rasgos compartidos también se dan en la arquitectura, con los egipcios construyendo pirámides como tumbas reales y los mayas y aztecas edificando las propias como sitios para realizar sacrificios a sus dioses.
Los organizadores de la muestra -parte del Foro Universal de de las Culturas 2007- destacaron que es la primera vez que tantas piezas salen de Egipto para ser expuestas, entre las que hay arcos completos de los templos del Nilo, un brazalete usado por Ramsés II y sarcófagos de los faraones.
México reunió también piezas de las culturas Azteca, Maya y Olmeca.
"Cualquier turista a Egipto o México podría sentirse decepcionado con tantos huecos en los museos. Lo único que Egipto no quiso prestarnos fueron las momias," dijo Ulloa.

lunes, 24 de septiembre de 2007

SACRIFICIOS AZTECAS

Exageraron conquistadores sobre sacrificios aztecas.
Notimex / La Jornada On Line
En 30 años de excavaciones sólo han sido localizados 127 restos humanos, señaló el arqueólogo Leonardo López Luján.
México, DF. Contrario a las exageradas cifras de los conquistadores españoles sobre la magnitud del sacrificio entre los antiguos aztecas, sólo han sido localizados 127 restos de humanos a lo largo de 30 años de excavaciones en el Templo Mayor, centro ceremonial de la antigua Tenochtitlán, informó este martes el arqueólogo Leonardo López Luján.
Entrevistada después de la inauguración de un seminario sobre esta práctica entre los mexicas, el especialista dijo que a pesar de que existen evidencias sobre la práctica del sacrificio, “nunca vamos a llegar a los números exagerados por los conquistadores y los religiosos españoles, que tenían una misión que era la de la conquista militar y religiosa”.
De acuerdo con López Luján, los conquistadores “tuvieron que exagerar esos datos” pues en el Templo Mayor “sólo hemos encontrado restos de 127 personas en todas las épocas, es muy probable que encontremos más pero nunca vamos a llegar a los números exagerados por los conquistadores”.
Entre los restos encontrados, refirió, “tenemos fundamentalmente cabezas de decapitados, hombres y mujeres, y esqueletos de niños que son tanto locales como extranjeros, cautivos de guerra que vienen de otros lugares”.
El arqueólogo refirió que, según algunas crónicas de los españoles, en 1487 se llevó a cabo una ceremonia en el recinto sagrado azteca que duró cuatro días en la que se mataron a unas 80 mil 400 personas.
Sin embargo, añadió, “lo que los especialistas han demostrado es que es totalmente imposible matar a esa cantidad de personas, pues es casi la mitad de población de Tenochtitlán”.
La cifra, añadió, equivaldría a casi tres veces el número de habitantes de Texcoco, segunda ciudad más importante de la Cuenca de México en la época, por lo que “no podemos negar el sacrificio pero la contraparte es que, a diferencia de lo que nos dicen las fuentes españolas y muchas indígenas del siglo XVI”, la realidad fue otra.
Como evidencia de esta práctica, dijo, en el sitio arqueológico se han encontrado pruebas como las piedras de sacrificio o las bases donde se realizaba el ritual, así como los restos óseos de las víctimas, las cuales corresponden tanto a hombres, mujeres, niños y ancianos.
Además, detalló, han sido localizados varios instrumentos de sacrificio, que a la fecha suman más de mil cuchillos de pedernal, y gracias a las técnicas modernas se han detectado restos de fluidos sanguíneos analizando hierro, albúmina y hemoglobina.
Titulado “Nuevas perspectivas sobre el sacrificio humano entre los mexicas”, el seminario que se llevará a cabo en el Museo del Templo Mayor de esta ciudad hasta el 21 de septiembre, reúne a unos 28 especialistas de países como Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Australia, Japón y México, quienes buscarán arrojar una “nueva teoría” sobre el sacrificio mesoamericano.
Actualmente, señaló López lujan, aún existen, sobre todo entre la población, dos puntos de vista unívocos, que por un lado defienden “una perspectiva hispanista a ultranza, donde se subrayan los aspectos más bárbaros del sacrificio, como si fuera lo único que hubieran hecho los mexicas y sus contemporáneos”.
Pero también “tenemos la otra visión, indigenista a ultranza, que niega completamente el sacrificio y dice que no se realizaban las prácticas sacrificiales en el México prehispánico”, añadió.
No obstante, “la ciencia no nos inclina ni para un lado ni para otro de la balanza, sino que nos da a conocer, en el caso de los mexicas, todas las pruebas que nos permiten confirmar que en la época prehispánica hubo sacrificio humano”, finalizó.
El seminario fue inaugurado por la arqueóloga Laura Pescador Cantón, coordinadora Nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y Alicia Mayer, directora del Instituto de Investigaciones Históricas de la misma dependencia, así como por Carlos Javier González, director del Museo del Templo Mayor.